lunes, 24 de octubre de 2011

ADIÓS, CHANTECLER

hamuyando de Tangos
por el doctor Eduardo Giorlandini


Adiós, Chantecler
de Enrique Cadícamo

¿Qué fue el "Chantecler"?
El primer "Chantecler" conocido existió desde 1910, en Montevideo. Fue propiedad de Emilio Matos, padre de Gerardo H. Matos Rodríguez. Pero se llamó inicialmente a este cabaret "Moulin Rouge", después "Campi" y luego "Chanteclair", y bajo este nombre se dispuso su clausura.
El "Chantecler" del tango de Enrique Cadícamo también fue un cabaret y estaba situado en Buenos Aires, en la calle Paraná, entre Corrientes y Lavalle. Se había inaugurado en 1924 y en él tocaron grandes y famosas orquestas. En ese tiempo de bonanza se tiraba manteca al techo en los lugares de diversión. Los había serios pero otros eran ámbitos de caos o desorden por obra de pícaros y en circunstancias propias de la picaresca de la noche porteña. Esto significaba la frase tirar manteca al techo. El periodista Miguel Angel Bavio Esquiú, con su personaje "Juan Mondiola", ayudó a difundir la expresión.
El "Chantecler" fue demolido en 1960 y como el autor (Enrique Cadícamo) era un asiduo concurrente compensó, de algún modo, su tristeza por la desaparición, con una letra con la que se describen mejor las vivencias de esa sala de diversión nocturna de un Buenos Aires de ayer, memorada en poemas y letras y todavía presente en la memoria y en el sentimiento de los viejos tangueros.
El tango tiene su historia. Hizo su historia, siempre creciente, social y culturalmente hablando, siguiendo una ley natural. Al igual que otros fenómenos músico-culturales. Ahora observamos cómo las nuevas músicas, iniciadas en la Argentina más de treinta años atrás de hoy, comienzan a formar su propia historia, con hechos y leyendas. Nosotros memoramos al "Chantecler", hoy, después de tanto tiempo. Hoy, comienzan a memorarse otros sitios, de especie diversa, como "La Cueva", en la película Tango feroz, y la historia de José Alberto Iglesias, "Tanguito".

Génesis y final
Como siempre, la Historia está plagada de acontecimientos. Lo mismo en 1924, año de la inauguración del "Chantecler". Para nosotros, los argentinos, estaban presentes el triunfo de Firpo sobre Spalla, por knock-out ante una muchedumbre impresionante: 40.000 personas, en River Plate; la partida del aviador argentino Zanni en un vuelo alrededor del mundo, y en las Olimpíadas, en Francia, la Argentina sale campeón de polo. Poco después Alcides Gandolfi Herrero, campeón argentino, registrando en la literatura lunfarda su libro de poemas lunfas Knock-out Lírico.
En 1960 cierra el "Chantecler", cuando el ingeniero Alsogaray insiste en los inviernos y en un futuro feliz, da a luz la película Un guapo del 900, con las mejores críticas para Alfredo Alcón y, sin que nadie lo supiera, se desarrolla el embrión de la leyenda de Tanguito, de modo contemporáneo al Plan Conintes (Conmoción Interna del Estado) ante el auge del terrorismo, que ya se venía manifestando desde 1959, y poco después, la Ley Federal de Represión del Terrorismo. Poco antes había muerto el autor de El hombre que está solo y espera, Raúl Scalabrini Ortiz.

El adiós del poeta

Es natural que los lugares que nos cobijan pasen a formar parte de nuestras más profundas querencias, se trate de la casa paterna, de cualquiera de nuestras moradas, del barcito del club, la esquina convocante, el café o alguno de esos santuarios tangueros, como lo fue el "Chantecler" para Enrique Cadícamo.
El "Chantecler" de madama Ritana, la milonguita René, las bailarinas y el varieté, Razzano, Gardel y el "Príncipe Cubano", quien fuera su animador durante muchos años. En los primeros versos el letrista recuerda a la madama, que en el lenguaje de la vida airada -según lo enmarca Gobello- es la regente de prostíbulo (aunque la palabra pertenezca a una jerga y a pesar de su origen y formación, integra también el lunfardo, en un sentido amplio). Cadícamo no parece expresar antipatía por la madama que menciona, "cubierta de alhajas...bebiendo champán", pero el criminólogo y penalista Eusebio Gómez, en La mala vida en Buenos Aires, citado por Gobello cuando escribe sobre la regente o propietaria del lupanar (madama) en Buenos Aires, como en todas las grandes ciudades, expresa que está revestida de un cúmulo de atributos que la hacen abominable.
Pero así y todo forma parte de la querencia del poeta y milonguero que al ver -como tantos asiduos concurrentes al "Chantecler"- cómo lo reducía escombros la fría piqueta, al pasar de noche mirando sus ruinas, se sintió poeta y le puso sordina a un tango triste, es decir que al escribir la letra remplazó la tristeza, o la suavizó, con gratos recuerdos. La sordina es una pieza pequeña que se ajusta por la parte superior del puente a los instrumentos de arco y cuerda para disminuir la intensidad y variar el timbre del sonido.
La palabra varieté fue tomada del francés y pertenece a la jerga teatral y se refiere al espectáculo en el que alternan diversas expresiones artísticas, como bailarines, músicos, acróbatas, malabaristas, etc. Varieté significa "variedades", o, con más propiedad, "variedad". Hubo tiempo en que el varieté tuvo una gran difusión en la Argentina. Yo recuerdo que en Buenos Aires y en la provincia, se hizo obligatorio; por ley, en los cines, entre película y película podíamos escuchar música o algún otro número artístico.

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